Califican de necesaria esta intervención que ya fue sometida a información pública por Costas y que cuenta con un informe de impacto ambiental favorable
El grupo municipal regionalista en el Ayuntamiento de Santander propondrá en el pleno de la próxima semana que se retomen los contactos con la Demarcación de Costas para llevar a cabo las actuaciones pertinentes que den una estabilización al arenal del Sardinero a través de una serie de rompeolas proyectados a lo largo del paseo del Chiqui.
Los regionalistas consideran como “la mejor opción” recuperar este proyecto al que hace ya unos años se llegó a un acuerdo para que Costas construyera con el fin de frenar el ímpetu del mar y, con ello, conseguir la rotura de la ola y dar mayor estabilidad al arenal de la segunda del Sardinero.
“Desde el PRC entendemos prioritario y urgente retomar esta actuación al objeto de frenar el estrepitoso deterioro de la segunda del Sardinero y con ello, los destrozos en los elementos urbanos y naturales de la zona, así como analizar todas las opciones viables a día de hoy que permitan una obra que suponga una mejora tanto en la propia fisionomía del paseo como para la mejora y recuperación de la playa”, indicó el portavoz, José María Fuentes Pila.
Esta red de miradores fue la alternativa seleccionada que suponía la inserción de unos rompeolas que alcanzarían los 3,25 metros de altura –cota de paseo- y se añadirían como plazoletas insertadas a lo largo del paseo. Dicha obra fue incluso sometida a información pública por la Demarcación de Costas en Cantabria en 2017, habiendo emitido la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, un Informe de Impacto Ambiental que daba luz verde a su construcción.
“No estamos hablando en este caso de los aberrantes espigones que destrozan, seccionan y desnaturalizan la playa de la Magdalena, estamos hablando de la necesaria intervención que podría incluso retomar la idea de los antiguos rompeolas mucho más pequeños insertados en el lateral del paseo”, matizó Fuentes Pila.
Han pasado ya casi dos décadas desde que se destruyeran los rompeolas triangulares de la Av. García Lago que limitaban la fuerza de entrada del mar en el extremo de la playa del Sardinero. Diecinueve años donde, tras aquella intervención por motivo de la construcción del emisario de tormentas, se han producido efectos desastrosos en una de las playas más emblemáticas de nuestra ciudad que hoy se muestra descarnada por la fuerza del mar. Una violencia que supone además un peligro aún mayor cuando los temporales hacen que el mar entre libremente en tierra inundando parte del Sardinero y generando una tremenda incertidumbre a los santanderinos/as que lo contemplamos atónitos, año tras año.
“Por todo ello los regionalistas creemos necesaria que la ciudad de Santander recupere la idea que quedó durmiendo el sueño de los justos e implemente las acciones necesarias con las Administraciones afectadas y con los organismos que, como el Instituto de Hidráulica de Cantabria, puedan determinar la opción más adecuada y más respetuosa con el entorno y con la función que buscamos.”
Los regionalistas insisten en que no se puede asegurar la supervivencia de la playa “con rellenos de arena”, sino que hay que limitar la fuerza de entrada del mar en un entorno que a consecuencia del cambio climático su deterioro es mayor.
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