Responsabilidad ante la crisis

2 Octubre 2012
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Llevamos ya una larga temporada padeciendo una crisis económica  que algunos expertos se atreven a comparar con la famosa  “crisis del 29”, tanto por sus graves consecuencias a todos los sectores económicos y sociales como por tratarse una situación critica a nivel mundial.

Como digo, hace ya mas de dos años que la situación económica y financiera a nivel mundial  está en boca de todos los ciudadanos, sean o no expertos en la materia, porque lo cierto es que los que padecen de forma mas directa y brutal sus consecuencias son, como siempre, los ciudadanos de a pie.

A lo largo de este tiempo, las soluciones que por parte de los dirigentes políticos, asesorados por sus directores económicos y financieros, se están adoptando son de diversa índole . España es uno de los países europeos  donde la crisis está cebándose, haciendo temblar los pilares económicos y sociales, estando al borde del rescate por la Unión Europea.

Con el cambio de gobierno en noviembre del pasado año y la llegada del PP,  con una mayoría absoluta conseguida gracias al descontento general  con el Gobierno socialista anterior al cual le echaron las culpas de todos los males y padecimientos de la economía del país, las medidas y recortes adoptadas han sido en palabras de los propios dirigentes populares “Duras” , pero a la vez han caído por sorpresa en una mayoría de ciudadanos que votaron “popular”  esperanzados en sus promesas electorales, que se han tornado en duros recortes económicos y sociales, llegando a afectar a derechos tan básicos como la educación, la sanidad, etc.

En esta época de crisis económica es cuando la responsabilidad de los políticos  debe ser la principal premisa que deben tener en cuenta en la toma de decisiones.  A la hora de realizar inversiones tener en cuenta las prioridades de los ciudadanos, realizando aquellas que resultan mas vitales o practicas en estos tiempos difíciles.

 Así, por ejemplo , invertir mas de 2.500.000  de €, en la construcción de un pabellón polideportivo con piscina climatizada , dicho así, a cualquiera le gustaría tener en su municipio una instalación deportiva de tales características.

Claro, si luego se le explica al vecino :

.-Que no se ha realizado un estudio económico para saber la rentabilidad de citada instalación, o  dicho más claro , que no sabemos si el Ayuntamiento puede pagar lo que cuesta el mantenimiento de esa instalación. ( Luz, agua, personal de limpieza, bedeles, monitores deportivos, socorristas, seguros, etc).

.-Que, debido a que es muy probable que el ayuntamiento no pueda asumir la gestión de la instalación deportiva de manera directa, lo mas seguro es que sea una empresa privada quien lo gestione, con lo que los precios  a abonar por los vecinos para el uso y disfrute de la instalación deportiva no serán los que se esperarían de un servicio municipal.

.- Y que , así todo, aunque sea una empresa privada quien lo gestione puede ser que al ayuntamiento le genere pérdidas económicas,  y tenga que destinar una parte del presupuesto municipal para cubrir el coste del pabellón-piscina, realizando recortes en otras partidas ( empleo, servicios sociales, educación…) que sean de mayor interés y necesidad para los vecinos.

De esta manera, la cosa cambia , y posiblemente la mayoría de los vecinos puedan pensar que quizá no era el momento para que sus gobernantes invirtiesen en una piscina climatizada ya que con un pabellón polideportivo dotado de modernas instalaciones las necesidades de la mayoría de los vecinos estaban cubiertas y el dinero ( lo más caro del presupuesto)que se ha invertido en la piscina se podía haber destinado a  otras cuestiones más practicas y necesarias para el bienestar de los vecinos.

Si, además, se tiene en cuenta  que el seguimiento de la construcción de la citada instalación, no ha sido  lo más correcta, “dejando hacer”  a su antojo, a una empresa que, finalmente abandona la obra, apenas quince días después de embolsarse 400.000 €  de más, conseguidas tras alegar dificultades en la construcción de la cubierta y dejando agotar el plazo máximo de entrega  de la obra,  el reproche a quien debió intentar evitar tal  despropósito debe ser aun mayor.

En definitiva, son los responsables políticos los que deben adoptar las decisiones más adecuadas para el bienestar de los ciudadanos, y más especialmente en los tiempos de penurias económicas que estamos viviendo. Se debe evitar el realizar proyectos faraónicos que , en un principio , deslumbran  pero que a la postre no dejan de ser mas que un espejismo en el desierto. La prudencia y la responsabilidad deben ser siempre los valores que caractericen las decisiones políticas ,y más, especialmente, en los tiempos que corren.