El Partido Regionalista de Cantabria cree que Santander debe evolucionar como ciudad universitaria capaz de captar una oferta nacional e internacional de programas de grado, postgrado y máster; impulsar el Parque Científico y Tecnológico como elemento “vertebrador” de nuevas políticas para generar riqueza y empleo; aprobar de inmediato un Plan General de Ordenación Urbana que propicie el desarrollo de infraestructuras como el nuevo Palacio de Justicia o el edificio Moneo; aprovechar todas las ventajas económicas y culturales derivadas de su relación con el mar, y adoptar medidas para garantizar la permanencia de los jóvenes en la ciudad.

Éstas son las grandes prioridades que el PRC ha planteado al Plan Estratégico Santander 202, en cuya redacción participa para definir el modelo que guiará el desarrollo de la capital cántabra en los próximos 15 años.

Así lo ha dado a conocer su portavoz municipal, José María Fuentes-Pila, quien ha abogado por un modelo “compacto” y que apueste por la innovación, la tecnología y “nuevos criterios productivos” para conseguir una ciudad “viable y eficaz”, lo cual exige no sólo planes municipales concretos y relaciones “puntuales· con el Gobierno de Cantabria, sino sobre todo tener “ambición y vistas de futuro”.

“Santander debe movilizar los activos de la región y sus capacidades potenciales”, ha agregado el portavoz regionalista, quien ha asegurado que las propuestas del PRC han sido acogidas “muy positivamente” en las cinco mesas de trabajo constituidas para elaborar el Plan Estratégico sobre economía, cultura, territorio, bienestar social y relaciones con el exterior.

Respecto a las propuestas concretas, ha hecho hincapié en el potencial educativo de la Universidad de Cantabria y ha planteado dar “un paso más” en el Campus de Excelencia Internacional para que Santander se convierta en una ciudad universitaria a la altura de Oviedo, Santiago de Compostela o Salamanca, dotada con un gran campus académico-deportivo.

También ha defendido el Parque Científico y Tecnológico como “eje vertebrador de las nuevas políticas productivas” y ha asegurado que su reto es traducir el conocimiento y la investigación en productividad, a través de “una gran ciudad empresarial” que se extienda a los terrenos situados frente al actual PCTCAN. Este

proyecto debe ser, a su juicio, “la gran ambición política del equipo de Gobierno de Santander y del Gobierno de Cantabria”.

Fuentes-Pila ha propugnado además el desarrollo de un Instituto de Patentes y Marcas Tecnológicas, el fomento de subvenciones a la pequeña empresa y microcréditos, todo ello encaminado a posibilitar la permanencia de los jóvenes y a diseñar una ciudad a “su medida”.

La ordenación del frente marítimo es otra de las prioridades planteadas por el PRC, para quien es necesario “repensar el plan maestro y su potencial evolutivo” para que Santander pueda ser “la ciudad del mar”. En su opinión y más allá de “aglutinar estructuras sin excesiva coherencia, salvo las financieras”, el frente marítimo debe acoger escenarios “culturales y productivos” que permitan vincularlo al conocimiento, la cultura, el arte y las tecnologías, con una dimensión nacional e internacional.

Un plan estratégico de cultura que trascienda las actuaciones puntuales; la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana “de forma inmediata”, para que Santander deje de ser “una ciudad encarcelada” y pueda acometer infraestructuras como el nuevo Palacio de Justicia o el edificio Moneo; políticas encaminadas a potenciar la salud pública, y en especial la Atención Primaria, y medidas para que dejen de existir “barrios aislados” completan las propuestas del PRC para el futuro de la ciudad.