El grupo municipal regionalista en el Ayuntamiento de Santander ha lamentado que un nuevo símbolo de la capital cántabra desaparezca tras iniciarse ayer las labores de demolición del antiguo Balneario de La Horadada. Un síntoma más de la nefasta gestión urbanística del equipo de gobierno que a su entender se mantiene “pasivo” mientras la ciudad se cae a cachos.

“Ejemplo de ello es como la ciudad se está llenando de agujeros y cascarones vacíos ante una evidente falta de ideas de modelo de ciudad por parte de PP- Cs que ni buscan ni dan alternativas que supongan una transformación para la ciudad”. Según recordó el portavoz regionalista, José María Fuentes-Pila, existen zonas como el Cabildo, parte de nuestro casco histórico que se encuentra en el limbo del olvido y del despropósito o El Pilón, donde años después aún sigue sin solución mientras se sigue llenando de okupas y suciedad.

Además, para el regionalista la inoperancia del actual gobierno está poniendo en riesgo que ciertos edificios identitarios de la ciudad corran el mismo destino que La Horadada como el edificio Rema, el cual gracias a la iniciativa del PRC se consiguió paralizar la posibilidad de derribo y proceder a la cesión por parte de Costas para una futura transformación del edificio en un Centro Multidisciplinar del surf.