En el pleno ordinario del pasado jueves 5 de julio, el alcalde D. Ángel Cuadrado informó a la oposición, después de ocultar durante casi dos meses, que el día 11 de mayo había adjudicado a una empresa maderera, por DECRETO de Alcaldía, la adjudicación de la corta de aproximadamente 16,8 Hectáreas (más de 1.300 carros) según catastro, de monte bajo y eucaliptos en Rucandio. En el mismo Decreto se aduce que el día anterior se había quemado una zona de monte y “para evitar que se propague el incendio si cambia el viento, y también evitar que se vuelvan a provocar nuevos incendios”, según palabras textuales del decreto dictado por el Sr. Alcalde.

Es cuanto menos curioso que a pesar de la urgencia con la que se firma el Decreto, el monte no se empieza a cortar hasta un mes más tarde, mediados de junio, cuando los vientos ya habían cambiado varias veces. Además esto se oculta y no se informa de esta decisión en el Pleno de junio, sino en el de julio, cuando los trabajos ya casi estaban acabados.

En este mismo pleno, el Sr. Alcalde no informó del contrato, ni por supuesto del montante económico que supone para el Ayuntamiento este “Decretazo”. El grupo regionalista se pregunta cuales son las razones por las que el Sr Alcalde omite este tipo de información, mientras que cuando estaba en la oposición, siempre criticaba y dudaba de la transparencia del anterior alcalde y su equipo de gobierno, con frases como “hay algo que se nos oculta, así de cruda es la realidad”.

Otro punto a tener en cuenta es que en el Decreto adjudica la tala del monte a la misma empresa maderera a la que poco antes había adjudicado otro monte en La Lombana por importe de 38.000 euros, siguiendo el procedimiento establecido. El problema viene cuando sumamos el valor de los dos montes, y observamos que el total excede a la cantidad que el alcalde puede contratar de forma directa. Queremos dejar clara nuestra oposición a la forma de contratación y adjudicación.

Por otra parte, ¿qué decir de la forma en la que se ha realizado esta tala? Ante la alarma creada en los vecinos, y una vez realizada una visita a la zona en la que se estaba realizando la tala de eucaliptos, uno se queda perplejo por la actuación municipal ante dicha corta, que realiza la empresa contratada a tal fin por nuestro alcalde. La corta no solo es de eucaliptos, sino una corta indiscriminada de más de un centenar de ÁRBOLES AUTÓCTONOS que se encuentran en el camino (encinas, robles, castaños, ...).

No somos contrarios a la tala de los montes, siempre y cuando se realice con “transparencia” y respetando la masa forestal autóctona, parte importantísima de nuestro patrimonio paisajístico y cultural.

Por lo tanto queremos expresar nuestro total rechazo, ante un atropello de este nivel, pues acciones como esta, denotan el poco aprecio o apego a nuestras cosas y costumbres.

Entendemos que se trata de una nueva medida recaudatoria, una más, a las que se unen las subidas de impuestos anunciadas por el alcalde estos días. Al hilo de la recaudación, el grupo regionalista, se pregunta, una vez realizado el desaguisado, cómo se ha gestionado esta masa de árboles, que no tiene nada que ver con los eucaliptos, cortados a “matarrasa”, es decir, cómo y quienes son los receptores de esa madera, que en definitiva es del pueblo en general y en particular de los vecinos de Rucandio. Sr Alcalde con el patrimonio de un pueblo no se mercadea, y mucho menos con aquello que hace de nuestra villa un rincón especial.

Sí podemos entender, que en el transcurso de la tala, y por proximidad, siempre algún árbol distinto al eucalipto se rompa, incluso se corte para facilitar las tareas de extracción, recogida y transporte, pero siempre en momentos puntuales. En este caso, repetimos, superan el centenar de árboles autóctonos cortados, entendemos, de forma indiscriminada.

El grupo regionalista pide al Sr Alcalde que dé una explicación a nuestro pueblo, y en particular a los vecinos de Rucandio, ante la lamentable actuación que se ha llevado a cabo en el monte. Que aclare la forma en la que se ha contratado, cuanto menos dudosa, y el importe económico pagado por la empresa “adjudicataria”, así como la desaparición de una masa importante de árboles autóctonos, aprovechando la corta de eucaliptos.