A principios del siglo XX, un indiano montañés regresaba a su tierra después de un largo ciclo de trabajo en tierras extrañas. En la parcela de su casa colindresa plantó dos magnolias y dos cipreses, entre otros. El hecho de elegir las magnolias fue como el de tantos otros emigrantes, que su vista le recordara tiempos pasados en aquellos otros mundos donde se labró un porvenir.

Años más tarde, sobre los setenta, el Ayuntamiento de Colindres decide expropiar un costado de su finca con el fin de ensanchar unas de las calles principales de la villa. El propietario pone como condición "taxativa" el de que la magnolia que va incluida en la expropiación "sea respetada" lo cual es firmado.

Seguidamente ya entrados en el siglo XXI, en plena vorágine de la construcción, los herederos de aquel indiano, la familia Canosa, venden la fincan a un promotor. En Agosto de 2006 la primera actuación de este empresario fue el de talar una magnolia y dos cipreses (uno de ellos de los más altos de Cantabria), situados en el otro costado de la finca. Todo ello a pesar de la comunicación del edil Colindrés en que le avisaba que para su tala se debería obtener la correspondiente licencia. El asunto al final termina sin ninguna consecuencia para los actores, dado que el alcalde manifiesta "que solamente ha sido una desobediencia" y el caso es cerrado.

Los opositores a aquella "tala" tuvimos que resistirnos dada la poca legislación existente sobre el derribo de ejemplares singulares en fincas privadas.

Posteriormente, en la construcción del nuevo edificio la magnolia expropiada restante, aguantaba una incesante lluvia de cascotes y cemento, sin ningún toldo o similar que la protegiera, afortunadamente sobrevivió. Pero circunstancias de la vida, una vez finalizada la promoción, el árbol se convirtió en un estorbo, en una pantalla visual que impedía ver perfectamente la calle a algunos de los futuros y nuevos propietarios.

La solución de la promotora-constructora en una mañana de marzo de 2010, fue la de mutilar al árbol de forma masiva, durante varias horas, reduciendo su masa floral a la nada y dejando las ramas principales lo más cortas posibles. El resultado determinó un esqueleto de árbol esperpéntico y un comienzo del deterioro progresivo del mismo.

Actuaciones que ocurrieron durante el serraje, ninguna. Salvo algún vecino alarmado, dado que se trataba de un árbol municipal de unos 80 años, 230 cm. de perímetro y de más de 15 metros de altura, con una bonita copa que fue continuamente mutilada. A pesar de encontrarse ubicado en el centro de la villa, de la llamada de nuestro concejal advirtiendo a la Teniente-Alcalde y a las varias horas del "corte", ninguna autoridad detuvo la barbarie. Estamos aludiendo a todo un equipo de gobierno, con dedicación exclusiva, con su alcalde a la cabeza, teniente-alcalde, concejal de medioambiente, portavoz socialista, además de la policía municipal, brigada, asesores urbanísticos......

¿Por qué no se detuvo la mutilación del constructor, sobre un árbol singular patrimonio de los Colindreses, situado en el centro de la villa durante toda una mañana?

El "porqué" es una palabra muy difícil de entender para todos los vecinos o muy fácil, depende, cada uno tendrá su propia conciencia y opinión; el resultado está ahí, un esqueleto viviente por tiempo indeterminado. También queda reflejada la tropelía del infractor y el beneplácito, consentimiento, aceptación, permisividad, etc. de nuestras autoridades colindresas y en la opinión pública una palabra que suena cada vez con más fuerza: "connivencia".

Actuaciones seguidas sobre el infractor y sobre el árbol para que se recuperara, ninguna. El PRC de Colindres en el mes de septiembre en  pleno de gobierno durante el apartado de ruegos y preguntas insta al edil y a sus concejales a que expliquen las circunstancias que han motivado la mutilación, las ayudas e informes que están empleando para su recuperación, etc.  

Los tratamientos posibles podrían haber sido varios (enzimas, hormonas, aminoácidos, abonados, etc.), pero sin duda estos señores no estaban por la labor, dado que nada se hizo.

¿Por qué no se consultó con algún experto en la materia, ni se realizó ningún tratamiento con el fin de salvar el árbol?

En noviembre se nos presenta una valoración realizada por un Técnico Forestal sobre el coste del árbol para eliminarle, siendo la misma paupérrima y denostable ascendiendo solamente a 15.000 euros.

Desde nuestro partido político rechazamos la valoración tanto en lo económico como en la propuesta de eliminarle, dado que aún había tiempo de ayudar a este patrimonio vegetal que languidecía. Aún así presentamos una valoración en 244.000 euros, avisando de que lo más importante era su recuperación y que sino se tendrían que atener a este otro informe.

Dado el pasotismo de nuestros dirigentes decidimos reunirnos con la secretaria del Ayuntamiento, la cual en una actitud encomiable, citó al técnico que presentó el informe encargado por alcaldía, a que lo revisara y diera una explicación de unos supuestos errores que fueron alertados desde el informe encargado por el PRC de Colindres. El citado lo rehízo, reconociendo una serie de "fallos", valorando el árbol esta vez en unos 60.000 euros, cuatro veces más que lo presentado anteriormente.

Desde el PRC de Colindres, además de lo ya relatado, preguntamos a la opinión pública:

-         ¿Qué hubiera ocurrido si no hubiésemos dado la voz de alarma y exigido informes?

-         ¿Así es como defiende nuestro ayuntamiento el patrimonio de los Colindreses?

-         ¿Por qué no se ha hecho absolutamente nada por salvar al árbol y castigar al infractor?

-         ¿Por qué el alcalde y el portavoz socialista defienden unos informes que van en contra del interés general de los Colindreses y benefician al transgresor?

Mientras tanto, desde el PRC no podemos hacer más que denunciar y explicar lo que objetivamente tenemos, un esqueleto de árbol en el centro de la villa, en la zona más transitada que languidece y muere y que nos sugiere, entre otras cosas, una gran vergüenza ajena sobre estos gobernantes del PSOE, que no han levantado un dedo para salvaguardar el patrimonio municipal Colindrés, que muere y agoniza.

César Palacio Rocillo. 13.784.063W

Antonio Pérez Gómez. 13.780.152R

Tomas Fernández Bengoechea.13.780.424C

(Representantes del Comité Local del PRC en Colindres)