El Grupo Parlamentario Regionalista ha solicitado la comparecencia del director general de Montes del Gobierno de Cantabria, Javier Manrique, para que dé cuenta al Parlamento de las “carencias” detectadas en el operativo destinado a sofocar el incendio declarado el pasado viernes en el monte Bustillo de Valderredible.

El alcalde de ese municipio y diputado regional del PRC, Fernando Fernández, ha planteado esta solicitud ante “las inexactitudes y mentiras” difundidas ayer desde el Ejecutivo para justificar su actuación frente a las críticas realizadas tanto desde el Ayuntamiento como por los propios vecinos afectados como consecuencia de la “falta absoluta de medios materiales y humanos que se produjo en la intervención”.

Además de reafirmar su denuncia, Fernández ha asegurado que la Dirección de Montes “no puede estar satisfecha con su intervención” cuando inicialmente sólo envió a la zona dos cuadrillas, con siete operarios en total, que “a pesar de su esfuerzo encomiable no tenían capacidad para controlar el fuego”. “Si no llega a ser por la colaboración de los vecinos, que jugaron un papel fundamental, seguramente a estas horas tendríamos que lamentar alguna desgracia”, ha precisado.

Asimismo, ha recordado que, aunque el fuego comenzó a las cuatro de la tarde del viernes, el Gobierno de Cantabria “no se dio por enterado hasta las ocho y media de la mañana del sábado, como él mismo admitió en declaraciones públicas” y ni el director de Montes, ni su superior, la consejera de Desarrollo Rural, Blanca Martínez, “tuvieron en ningún momento la deferencia de contactar con el Ayuntamiento para interesarse por la situación”.

Fernández ha destacado también que el operativo inicial de dos cuadrillas no fue reforzado hasta la tarde del sábado, después de que él mismo urgiera más medios ante el peligro de que las llamas alcanzaran la localidad de Bustillo y cuando el monte ya estaba “prácticamente quemado”.

Finalmente, ha considerado “intolerable” que la Dirección de Montes quiera “justificar su negligente actuación minusvalorando el valor ecológico de la superficie forestal perdida”, entre la que ha insistido que figuraban “robles milenarios y especies singulares, por más que quienes tienen la responsabilidad de su conservación no se hayan enterado”.