El portavoz regionalista en el Ayuntamiento de Santander, José María Fuentes-Pila, ha lamentado que la falta de mantenimiento del alcantarillado en la ciudad haya provocado las inundaciones que algunas zonas de la ciudad, como el Sardinero, han padecido tras las lluvias de ayer y ha responsabilizado de tal situación al equipo de gobierno, como el “verdadero responsable” ante su falta de diligencia y control en el cumplimiento de los pliegos de condiciones de la contrata de limpieza viaria.

Para Fuentes-Pila que los imbornales de la ciudad no estén en las óptimas condiciones que debieran estarlo en pleno mes de noviembre, es decir, limpios ante el aumento de hoja caída propia de la estación en la que estamos, es de “vergüenza”.  Según el portavoz si bien la tarea de limpieza es responsabilidad de la contrata, es responsabilidad de su gestor, en este caso la administración y la propia Concejalía de Medio Ambiente que se proceda a realizar con la suficiente antelación y continuidad dichas labores para evitar situaciones como las acontecidas. “El equipo de gobierno no debe restarse responsabilidades escudándose en una contrata cuando la máxima responsabilidad es de quien debiera hacer cumplir las clausulas del pliego de condiciones”.

No es la primera vez que los regionalistas apuntan a la importancia de mantener en todo momento la limpieza de la red, especialmente los imbornales, al objeto de evitar que se produzcan retenciones, atranques y sedimentaciones y más cuando se producen intensas lluvias como los últimos días que han servido para corroborar lo que se temían. “Algo de lo que han dejado constancia las imágenes y vídeos que cientos de personas colgaron en las redes sociales como la Plaza de Italia anegada, donde se apreciaban auténticos ríos de agua y suciedad, con husillos incapaces de absorber la crecida y eso a pesar de que hace apenas un año, concluyeron las obras del tanque de tormentas”. Por ello, los regionalistas preguntarán en el próximo pleno si realmente se declaró algún tipo de problema en dicha infraestructura que impidiera su total funcionamiento para evitar suavizar las trombas de agua acumuladas.