El portavoz del Grupo municipal regionalista, José María Fuentes-Pila, ha criticado hoy la “irresponsabilidad” del alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, que “tiene guardada en un cajón” desde hace cuatro meses la nueva ordenanza de terrazas, lo que constituye, a su juicio, una muestra más de la manera en la que en los seis últimos años “viene escurriendo el bulto” hasta crear un “auténtico vacío legal” en el ocio santanderino, una “fuente inagotable de conflictos”.

En este sentido, Fuentes-Pila cree que la polémica surgida ahora entre la Asociación de Hostelería de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander es una muestra más de que “no está claro a qué atenerse”, ya que la actitud de De la Serna ha creado un “cajón de sastre en el que se mezcla el debate sobre las terrazas legales y las que carecen de licencia,  el botellón y los ruidos”.

Ante esta situación, critica, el Ayuntamiento de Santander se dedica “a lo que mejor sabe hacer, a recaudar”, sin hacer primero su “parte del trabajo”. En este punto, ha instado al alcalde a continuar los trámites para la aprobación de un texto definitivo y le ha pedido que “tenga en cuenta” que hablar de terrazas y hostelería es “hablar de muchos puestos de trabajo en la ciudad”.

En este sentido, considera que esta situación de “conflictividad” entre vecinos, hosteleros y administración pública viene derivada de la “inacción” del Ayuntamiento que, en una ciudad turística como Santander, no ha sido capaz, en más de veinte años, de actualizar un ordenanza “desfasada e inútil” en la realidad actual.

Además, Fuentes-Pila lamenta que el nuevo texto propuesto “tampoco constituye una respuesta” a todos estos problemas, y critica que el equipo de Gobierno “no haya encontrado el momento” de convocar una Comisión para debatir las alegaciones presentadas por los grupos de la oposición.

Conflictos reiterados

En la alegación presentada por los regionalistas en marzo, señalar que el texto no tiene en cuenta los “conflictos reiterados” que se han producido durante los últimos años en la regulación de la ocupación de los espacios públicos, entre los que citan el “botellón autorizado” que se produjo durante más de una década en lugares como la Plaza de Cañadío.

Por otra parte, sostienen que la Ordenanza debe explicitar las “diferencias” que existen entre las distintas modalidades de terrazas y consideran que debe delimitarse con claridad el espacio de terraza en aquellos establecimientos que no cuentan con elementos definitorios claros como mesas y sillas. Frente a este propuesta, el texto aprobado inicialmente aboga por la utilización de “líneas imaginarias” que, para Fuentes-Pila, constiuyen, “por su indefinición, una fuente segura de conflictos”.

Además, abogan por la necesidad de establecer un Plan Especial del Río de la Pila, que merece una “reflexión serena” para buscar un uso “compartido y en armonía” entre comerciantes, hosteleros y vecinos.

Idéntica reflexión, considera Fuentes-Pila, merece El Sardinero, donde cada vez son “más cortos los periodos estivales y más largos los inviernos”. “Es necesario poner en marcha entre todos, incluyendo a comerciantes y vecinos de la zona, medidas que permitan dar los primeros pasos para desestacionalizar la actividad en un área que cada vez está más vacía llegado el otoño”, ha afirmado, al tiempo que ha considerado que la situación de los hosteleros es “desesperada”.