El grupo municipal regionalista de Santander va a preguntar en el próximo pleno si el Ayuntamiento está cumpliendo con la sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe que se concedan autorizaciones de instalación de terrazas en aceras de terrazas de establecimientos de hostelería pegadas a las fachadas de las viviendas, incluso en calles peatonales.

Según apuntan, dicha sentencia, de febrero de 2019 determina que la circunstancia de que se atribuya en la ordenanza municipal a los servicios técnicos la decisión de la instalación en aceras de terrazas en posición interior o exterior, en calles peatonales o de acceso rodado restringido o en la que se atribuya también a dichos servicios la decisión del modelo de terraza, si están pegadas a las fachadas, infringen la normativa estatal y que por ello deben anularse.

En este sentido recuerdan que la Orden del Ministerio de la Vivienda 561/2010, de 1 de febrero, que desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados, establece como condición general del itinerario peatonal accesible que discurrirá siempre de manera colindante o adyacente a la línea de fachada o elemento horizontal que materialice físicamente el límite edificado a nivel del suelo.

Es por ello que preguntaran si el Ayuntamiento ha procedido a llevar a cabo control algún sobre la aplicación de esta sentencia entorno a las barras o terrazas pegadas a las fachadas en la ciudad y si en caso afirmativo cuál es el número de terrazas inspeccionadas, si se ha procedido a modificar su ubicación o denegar instalación o se ha tramitado a alguna sanción al respecto. Por el contrario, en caso negativo en cuanto a la aplicación de la sentencia, se interesarán por conocer si el equipo de gobierno tiene previsto poner en práctica la sentencia y los motivos por los que aún no lo ha llevado a cabo.

Precisamente la problemática con la ubicación de las terrazas es una de las cuestiones que recientemente en un encuentro con los vecinos de la zona del Ensanche-Pombo-Cañadio y Tetúan, les trasladaron su malestar ante la “invasión” manifiesta en aceras y accesos  peatonales de estas instalaciones en la ciudad.