El portavoz del PRC en el Ayuntamiento de Suances, Guillermo Blanco, ha criticado hoy por “tardía e insuficiente” la convocatoria de ayudas al estudio realizada por el alcalde, el socialista Andrés Ruiz Moya, a quien ha reprochado que destine “apenas 12.000 euros” a ayudar a las familias en la compra de material escolar “después de subvencionar con 50.000 al Obispado”.

Blanco ha vuelto a cuestionar la oportunidad de dicha subvención después de analizar el decreto de Alcaldía por el que se convocan ayudas al estudio que sólo alcanzan los 60 euros en el caso de los alumnos de Primaria y Secundaria, cuando el coste que deben afrontar las familias ronda los 350 euros por cada escolar.

“Lo dijimos en su día y el tiempo nos da la razón, no estamos en contra de apoyar al Obispado, ni de restaurar una iglesia, pero en un momento de crisis como el actual los poderes públicos deben priorizar los gastos y para los regionalistas las familias y sus necesidades deben ser lo primero”, ha declarado.

El portavoz regionalista ha destacado además que la convocatoria llega “13 meses tarde”, ya que la Corporación aprobó por unanimidad en septiembre de 2012 una moción del PRC que reclamaba la concesión de ayudas al estudio, y con el curso ya comenzado, por lo que la mayoría de las familias “ha realizado ya el desembolso y tiene el material pagado”.

A su juicio, esta demora, sumada a los requisitos “leoninos” que tienen que acreditar los solicitantes para acceder a las becas, que no son extensivas a los gastos de comedor, provocará que muchos vecinos “desistan de presentar las solicitudes”.

Blanco ha criticado por ello la fórmula elegida para realizar la convocatoria, mediante un decreto de Alcaldía en lugar de una ordenanza que hubiera propiciado la participación del resto de los grupos municipales. “Es norma en Suances que el alcalde actúe por decreto y a hechos consumados, sin consultar ni siquiera cuando lleva adelante las propuestas de la oposición”, ha agregado.

Para el portavoz del PRC, tanto los tiempos como las formas con las que se ha puesto en marcha esta campaña de ayudas evidencian que “no estaba prevista”, sino que es el resultado de la “presión social” surgida en el municipio como consecuencia de la concesión de la subvención al Obispado “mientras se suben los impuestos y aplican recortes en la mayoría de los servicios sociales”.